jueves, noviembre 24, 2011

El mismo hombre

Y regresé a aquel lugar que dio pie a la Luna Azul
4 años pasaron desde aquella noche en la que recostada sobre dados de concreto vi las 2 estrellas fugaces más reveladoras de mi vida. Más de 4 años de aquellas lágrimas, de aquella catársis armonizada con el romper de las olas y la voz de mi compañero de catársis. 

Más de 4 años después volví a ese lugar, creo que cada uno de nosotros se forja su destino pero también creo que el Universo se encarga de poner ciertas cosas en orden. En repetidas ocasiones busqué con desesperación aquel lugar, lo necesitaba, necesitaba regresar a ese punto en donde el mar y el río están separados por sólo una franja de arena y dados de concreto. En repetidas ocasiones quise volver, lo soñaba, lo añoraba... ayer, sin mucha planificación, la vida me regresó a ese lugar, a ese sitio que tiene tanto de mi, que me conoció devastada porque aquel que parecía grandioso decidió que ya no sentía por mi lo que nunca dijo sentir, aquel lugar que escuchó a 2 escritores amateurs hablar y hablar horas de todo lo que podría salir mal. Volví en esencia con la misma compañía y  podría decir que en total anacronía pero... no somos ya quienes eramos hace 4 años aunque las circunstancias que nos llevaron a ese lugar fueran bastante similares. 

Ahora me enfrento a otro tipo de rompimientos, a una separación física y emocional de quien creí que podría ser mi eterno compañero de viaje, ahora me enfrento a cambios, a una vida adulta que me exige respuestas y acciones y en medio de todo el tormento que mi cabeza ha albergado los últimos meses, quitarme las estilizadas zapatillas para caminar descalza en la arena suave y húmeda sintiendo el mar llegar a mis pies, disfrutando de la pureza del ambiente, del sonido del mar... me bastaron 2 minutos para volver a subir por aquellas piedras que hace 4 años nos vieron escalarlas, caminé de nuevo sobre esas piedras que tanto lastiman las plantas de mis pies en total oscuridad pero al final... al final me encontré de nuevo en ese dado de concreto, mirando la perfección de un cielo con 75 estrellas, escuchando el ir y venir de la marea bajo las rocas, sintiendo el aire jugar con mi cabello y alejar de mi mente todas las tribulaciones. De nuevo me sentí segura, me sentí protegida, me sentí fuerte; volví a ser yo. ¿Cómo encontrarte cuando ni siquiera sabes que estás perdido? Eso será tema de otro add.

No sé si fue la noche, si fue ese perfecto lugar, si fueron las estrellas, si fue el mar, los recuerdos, el panorama o la compañía que tanta falta me hacía pero en ese lugar el tiempo se detiene, los deseos más profundos se externan, los escudos se caen, las barreras se rompen, las poses se pierden y lo que queda entonces es... es maravilloso. 

Lo que sigue en mi vida no es lo que esperaba hace 3 años pero definitivamente ahora sé que estoy lista para lo que siga, soy fuerte, he crecido y a diferencia de la chica de hace 4 años... esta autora se sabe protagonista y no dejará de serlo. Que sigan los retos que mientras pueda escapar cada 4 años a ese mágico lugar, estaré lista para lo que venga.

Gracias a ti, por ser testigo de ello.
Gracias a ti, por acompañar esos momentos de catarsis.
Gracias a ti por sujetarme fuerte para no resbalar. 

Gracias por volver... gracias por acompañarme a volver.


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