viernes, marzo 07, 2008

A què le temes?

You gain strength, courage and confidence by every experience in which you really stop to look fear in the face. You must do the thing which you think you cannot do.
Eleanor Roosevelt


Gracias Armando



Todos conocemos el miedo. Aún quienes presumen extremo valor reconocen sentir miedo.

Es parte de nuestra condición humana el temer; después de todo ¿què serìa de nosotros sin temores? ¿cómo forjaríamos el caràcter y la seguridad en nosotros mismos si no hay una medida que nos indique cuan fuertes podemos ser? ¿cómo conocer nuestras fortalezas si no existe una medida que nos rete a superarla? ¿cómo crecer si no hay temores que nos inviten a retarlos, a enfrentarlos y con ello a enfrentarnos a espacios de nosotros que no podemos comprender?.

Hay temores que desaparecen con los años, con la madurez en cualquier sentido y con la experiencia. Hay temores que incluso se deshacen ante enfrentamientos que tenemos con temores mayores.

Existen también profundos temores que distan mucho de superarse con los años. Lejos de superarlos, preferimos hacerlos parte de nosotros; se convierten en parte de nuestras características.

Tratamos de lidiar con ellos y parecen cada vez más fuertes, por lo que confiamos en que en algun momento desaparecerán, y los guardamos en el pesado baùl de historias que cargamos como equipaje sin siquiera notarlos. Podría parecer "prueba superada" hasta que algo nos hace enfrentarnos a ellos y recordamos nuevamente que ahí estan. Son esos los temores que reaparecen más grandes y mucho más profundos.

Al evitar enfrentarlos nosotros contribuimos a que el daño que ocasionen sea mayor. Esos temores se convierten en traumas y en debilidades. Se convierten en el peso que cargamos y nos impide crecer libremente, nos impiden relacionarnos y dificultan respirar... esos temores se convierten en errores.

Nada logramos escondiendonos bajo las sábanas. Nada logramos encendiendo las luces para no quedarnos a oscuras... siempre habrá un momento en que debamos quitarnos las sábanas y apagar las luces. En algún momento nos daremos cuenta de que no hay más sábanas bajo las que ocultarse, ni brazo protector ni luces para encender y dependerá de cada uno el aprovechar la oscuridad y vulnerabilidad para enfrentarnos a nuestros mayores demonios.

Parte de la importancia de crecer radica en el enfrentamiento con los "dragones" y "demonios"; radica en el mirar de frente lo que nos asusta, lo que nos aterra; radica en mirar de frente lo que nos puede debilitar y vencerlo, vencer la parte de nosotros que se esconde bajo la cama, la parte de nosotros que corre a los brazos protectores ante una amenaza. Gran parte de la libertad se logra al enfrentarnos a todo aquello que nos recuerda nuestras debilidades y convertirlo en autoconocimiento y fortaleza. Creo que gran parte de nuestro crecimiento radica en aceptar que temer no nos hace débiles; huir de lo que nos asusta sí.

Deberíamos conservar la capacidad de recordar que no somos los únicos que tememos pero que somos los únicos que podemos acabar con nuestros temores.

Debemos aprender a mirar de frente lo que
nos asusta; después de todo... una mirada, nuestra voz o un recuerdo siempre podrán hacer la función de espada ante cualquier dragón.