sábado, mayo 08, 2010

Mirada al pasado

No, no he regresado...



Las miradas al pasado pueden resultar tentadoras, atractivas. Se pueden recordar épocas en las que el presente resultaba un sueño o un suceso inimaginable; hay quienes incluso sienten nostalgia al recordar épocas de depresiones y tristezas simplemente por volver a sentir aquella paz que llegaba con el nuevo amanecer.

Mirar al pasado puede resultar complejo, después de todo nunca se sabe qué fantasma puedes desenterrar, qué recuerdos puedes desempolvar y qué problemas puedes trasladar al presente y al final la situación se antoja tan compleja y anacrónica que la mirada al pasado se convierte en un viaje de exploración y reconocimiento.

Hay miradas al pasado que traen consigo nuevos contactos, pérdidas de memoria y lagunas mentales en las que no se recuerda el daño causado y es que es brillante poder mirar al pasado sin sentir rencores pero tampoco se puede maquillar la historia para desaparecer las imperfecciones.

Una mirada al pasado debería estar cargada de presente.
Debería estar cargada de realidades y desacreditar cualquier intento de los atractivos “si yo hubiera” porque dicho sea de paso, el “si yo hubiera” no termina siendo más que un escenario creado por nosotros mismos para sentir lo que queremos sentir. Para efectos similares recomiendo la escritura.

Hay mucho más que decir de este tema pero el tiempo ahora no me favorece.

El retorno aún parece incierto.