El último del año
Se termina el año que dio origen a la dirección de email que usaba desde 1999, se termina un año que iniciaba con copas levantadas en casa de mis abuelos, con "cohetes" de fondo y 12 uvas.
Ayer por la tarde pensaba en que mi año terminaba siendo PÉSIMO. El peor de mis 25 inviernos. Toda una serie de factores indicaban que el balance sería negativo y estaba segura de ello.
Al quedarme sola en la oficina por la tarde y parte de la noche de ayer, pude pensar un poco más en mi balance y en las situaciones que me hacían calificarme tan mal. Al salir de la oficina por la noche miré al cielo y lo vi lleno de estrellas... casi tantas como las que vi en Real de Catorce y el balance comenzó a invertirse. Al manejar de regreso a casa lo supe. Así como de la nada creas una idea, así como ante ti aparece una estrella que nunca habías notado en el cielo, así, de la nada volví a sentirme llena de energía y con el ánimo recargado. Al llegar a casa y ducharme me convencí: Fue un GRAN año.
Se que muchos comparten mi opinión inicial, muchos nos enfrentamos a grandes pérdidas este año, pérdidas físicas, pérdidas sentimentales y pérdidas materiales, pero creo que todas esas pérdidas nos dejaron algo enorme que depende de nosotros convertir en sabiduría.
Siempre habrá personas nuevas por las que brindar, personas que llegan y personas que se van de nuestra vida; siempre habrá pérdidas de algún tipo, siempre habrá cambios inesperados que parezcan arruinar nuestros planes, pero también siempre habrá algo positivo en cada una de esas situaciones, algo que valorar en cada pérdida, algo que aprender en cada dificultad y solo de nosotros depende verlo; como mencionaba en el post anterior: depende de nosotros canalizar las situaciones y aprovechar al máximo cada momento aunque no parezca grato.
Las experiencias vividas este año en particular me han hecho crecer más de lo que pude imaginar, las lágrimas, las tardes terribles, las noches sin dormir y todo lo que de primera impresión consideraba que había arruinado mi año, se reveló ante mí como experiencia. Decidí que todo aquello es ahora un motivo más para brindar mañana por este año que termina, porque este año entendí muchas cosas, me conocí mucho más, me hice más fuerte... definitivamente crecí. Hubo miles de momentos felices, hubo viajes y eventos que me enseñaron mucho, hubo personas que sujetaron fuerte mi mano en momentos difíciles y hubo quienes me abrazaron en los momentos felices. Hubo golpes que me fortalecieron y momentos que permanecerán arraigados.
No me puedo quejar ni quiero hacerlo; el 2006 fue un gran año y el 2007 se presenta cargado de oportunidades, de nuevas experiencias y de muchas personas importantes. No me arrepiento de lo hecho ni me arrepiento de lo aprendido y me propongo no olvidar que no hay caída de la que no pueda levantarme, no hay horizonte inalcanzable ni meta imposible. No olvidar que con los pies plantados en la tierra y las ideas adecuadas, puedo llegar verdaderamente alto... me propongo no perder esa capacidad que aún conservo de disfrutar de los "placeres sencillos".
Por un año con aroma a café.