miércoles, septiembre 24, 2008

De los otoños de antaño

A principios de septiembre se despegó la parte frontal del marco de mi armario haciendo que sus puertas cayeran... la noche de aquél día me senté en la cama a mirar el aspecto tan devastador de esas puertas en el piso de mi habitación. Pese a que me puedo jactar de ser sumamente organizada, detrás de esas puertas aparecía un mundo completo que me pareció desconocido.
Al fondo de la parte más alta de mi armario pude distinguir mi caja de recuerdos y dentro de la caja se asomaba el sombrero de una de mis muñecas de porcelana. Así es, querido par de lectores; la autora gustaba de las preciosas muñecas de porcelana con finísimos acabados y delicadas facciones.



Hoy pensaba en el armario expuesto, en mis muñecas de porcelana y en mi feliz infancia. Como si lo buscara sin saberlo, en medio de la anacronía de mi día me descubrí escuchando "El Ropero" de Francisco Gabilondo Soler y en ese momento la imagen del ropero de mi abuelita vino a mi mente y contrastó con mi armario. Un aroma a madera y rosas se impregnó en mi día y me llevó a la casa de mis abuelos... mi lugar favorito.

Cuando ÉL murió; le dediqué más de 3 entradas en este Blog. Pasaron los días y aquel diciembre del 2006 se convirtió en el más frío y vacío que yo había conocido. Hace 4 meses ELLA murió y una entrada en este Blog resumió lo que quedó aquí después de su partida.


Ahogada en el mar de sentimientos que me provoca pensar en mi abuela y en su reciente ausencia, hoy trato de escribir algo que haga que aquellos que no la conocerán puedan conocerla por mis letras. Intentándolo me abrumó su inmensidad.

Esta madrugada anacrónicamente melancólica con su aroma a madera y rosas y con imágenes de antaño me hace enfrentarme nuevamente a su partida; volviendo a mi presente agradezco tanta historia... agradezco poder torpemente contar a los más pequeños lo que ELLA a lo largo de nuestros años me contó y lo que a su lado viví y es que aún repitiendo cada palabra que ELLA decía y repasando cada uno de sus movimientos y anécdotas, siento que a mi voz le falta todo... y me falta tiempo, faltan letras, falta historia... me faltan lágrimas.
Esta madrugada entendí que el hueco aquí es más grande y el frío más intenso.

Este otoño sabe a que la extraño, sabe a la melancolía del primer otoño de mi vida en que no la abrace... siendo mi estación favorita hoy entendí que no será mi OTOÑO como lo conocí; no escucharé su voz, no sentiré sus brazos ni sujetaré sus manos. Este noviembre no habrá Altar de Muertos en SU casa; en este otoño no habrá aroma a Incienso, Cera y Copal. No estarán sus perfectas vajillas en un altar. Este año ELLA no pondrá ofrendas a los difuntos: las recibirá como la tradición lo indica y como el sentimiento me lo exige.


Anacrónicamente ahora estoy en el último otoño a su lado y la escucho hablarme nuevamente y vuelvo a sentir su mano sujetando la mía. Sentada en el piso blanco de su impecable cocina con aroma a café, madera, vainilla y carbón me sentí crecer, me vi reír, llorar, soñar, imaginar y aprender. En ese piso confesé sólo a ELLA los secretos más grandes que pude tener y sentada en ese piso nuevamente la observé tanto que logré memorizar y repasar sus movimientos, ahí sentada en ese piso blanco memoricé su sonrisa.

A mis 26 años todavía me senté en ese piso blanco para observarla. A nadie le pareció extraño que a mi edad siguiera buscando el piso habiendo sillas de sobra en ese hogar. Sé que ella supo lo que pasaba por mi mente esa última vez, lo supe aquella noche de abril en que Campeche fue testigo del impacto de su voz en mis sueños.

De vuelta a la madrugada en que escribo esto llego lentamente a la conclusión de que sus manos harán falta aquí y de que ya no volveré a "mi lugar favorito" jamás porque era su presencia lo que hacía aquel piso blanco mi lugar favorito.

Su ausencia va a doler por siempre y el frío es parte ya de mi vida; este otoño no será como los que conocía y el hueco se va a quedar... afortunadamente tengo su voz en mi cabeza, su imagen al cerrar mis ojos y su aroma al pensar en ella. El frío es más tolerable cuando me envuelvo en su bufanda y me abrazo a su recuerdo y regreso a aquellos otoños con aroma a Incienso, Cera y Copal en esa ciudad a la que juré no regresar ya.




Esta madrugada, pensando en mi armario expuesto, en mis muñecas y en mi infancia es el aroma de mi abuelita; a madera y rosas, el que inunda la habitación y las flores de sus vestidos las que pintan de colores mi madrugada; es el sonido del piano y de sus pies al caminar el que escucho y es su historia la que recuerdo.



Toma el llavero abuelita y enseñame tu ropero
Con cosas maravillosas y tan hermosas que guardas tu
Toma el llavero abuelita y enseñame tu ropero
Prometo estarme quieto y no tocar lo que saques tu


Dame la muñequita de grandes ojos color de mar,
deja que le pregunte a que jugaba con mi mamá.

Enseñame tu vestido que hace ruidito al caminar,
y cuentame cuando ibas en carretela con tu papá...


"El Ropero"

Francisco Gabilondo Soler






martes, septiembre 02, 2008

La meta

Nadie dijo que comenzar un proyecto (de cualquier tipo) fuera fácil.

El principio de algo que realmente vale la pena es difícil, cuesta. No es fácil escalar una montaña, no lo es llegar a la cima; habrá heridas, frustraciones, y habrá desesperación y es que la mayoría de las veces esperamos que llegar a la cima sea mucho más fácil y cómodo, olvidando que realmente cuando queremos algo y creemos en ello tendremos que prepararnos para luchar muchas batallas, algunas las ganaremos, otras serán experiencias de vida y en cada paso que demos podremos tener la oportunidad de desistir porque cada paso será más difícil; así son los comienzos.

Qué es lo que mantiene firme al montañista aún en la más fuerte nevada?
Qué es lo que nos hace pelear por lo que queremos aunque lo veamos casi imposible?
LA ESPERANZA
La confianza en lo que queremos pero ante todo la confianza en nosotros mismos. La FE en lo que creemos y queremos.


Durante una caída que podríamos considerar frustrante, siempre habrá la oportunidad de recobrar el entusiasmo, de volverlo a intentar, de confiar en que PODEMOS HACER TODO LO QUE NOS PROPONGAMOS, de que la Fe en nosotros, en la bondad del Universo, la confianza en nuestras decisiones y la confianza en nosotros como arquitectos de nuestro destino siempre serán las mejores herramientas para continuar.

Es decisión nuestra desistir a medio camino, dejarlo todo cuando las cosas se complican un poco. Nadie tiene el poder de juzgarnos por ello, pero también podemos optar por recuperar la Fe con la que iniciamos el proyecto, la confianza en nosotros, la esperanza en que el futuro siempre traerá sorpresas y todo es una oportunidad para ser mejores.

Nada hay peor que perder la fe en nosotros mismos... aún al sentir que todo está perdido, aún habiendo olvidado las razones por las que comenzamos algo, siempre podremos buscar en nosotros ESE motivo que nos llevó ahí y rescatarlo, recordar ESE motivo y luchar por recuperar el entusiasmo y la confianza, después de todo... alguien me dijo hace unos meses:

"No te enfoques en la altura a la que estás subiendo ni en los raspones que llevas; enfócate en el destino"


Francamente... creo que es una importante filosofía de vida.





Letras en el tintero


ABCDFGHIKLMNÑOQRSTUVWXYZ

Es más o menos así
como el alfabeto incompleto

como una letra medio borrada
una palabra incompleta que por ende no llega a ser palabra...

Una frase sin escribir

Una letra en el tintero